El agua más fresca y clara de La Vera bien merece un chapuzón en algunas de sus 47 gargantas
La situación geográfica de la Comarca de La Vera, que se extiende unos 65 kilómetros de largo por 15 de ancho entre la Sierra de Gredos y el río Tiétar le confiere una naturaleza insólita.
Huertos por todas partes, en los que se cultivan tomates, calabacines, berenjenas y el famoso pimiento de La Vera del que se extrae su pimentón, pero también higos, cerezas, ciruelas, manzanas y peras entre otros frutos. Todo ello gracias a la fertilidad que genera el agua, agua a borbotones, procedente de sus 47 gargantas y más de 1.400 arroyos reconocidos.
Las Pilatillas (Garganta de la Olla), Garganta San Gregorio y Los Guachos (en Aldeanueva de La Vera), Garganta Jaranda, con la Serradilla y Puente Parral (en Jarandilla de la Vera), Trabuquete y La Máquina (en Guijo de Santa Bárbara), Garganta de Cuartos y Vadillo (en Losar de La Vera), El Molino (en Viandar de la Vera),Chorrera del Diablo (en Valverde de La Vera), Garganta de Minchones (en Villanueva de La Vera) y Garganta de Alardos (en Madrigal de La Vera), son sólo algunas de las 47 gargantas con las que la comarca de La Vera asombra a sus visitantes. Gargantas que esconden antiguos molinos de agua, puentes romanos y medievales.
La Vera es única, su encanto enamora y engancha a quien la visita por primera vez. No es por casualidad que entre todo el territorio que el emperador Carlos V tenía entre su amplio imperio eligiera La Vera en 1556 para disfrutar y descansar en los últimos años de su vida. El paisaje, sus huertos, su gastronomía, pero sobre todo sus cristalinas aguas que fluyen entre sus espectaculares gargantas en las que el visitante puede bañarse, convierten en única esta comarca.