De los Pantasmas a la Conqui, 17 nombres de Halloween en Extremadura
La tradición extremeña del Día de los Difuntos tiene sus raíces en el Samhain celta, y existen registros de su celebración en Extremadura desde antes de que se descubriera el continente americano.
De hecho se conocen 17 nombres extremeños para referirse a esta tradición y su peculiar forma de celebración.
“Los Pantasmas” (La Siberia) , “La Moragá” (Serradilla), “La Mogará” (Castañar de Ibor), “Los Tosantos” (Alconchel), “El Magusto” (Carbajo y Valencia de Alcátara), “La Chaquetía” (Mérida, Calzadilla de los Barros y Bienvenida), “La Cachetía” (Sierra de Montánchez), “La Chiquitía” (Santibañez el Alto y el Bajo), “La Borrajá” (Hoyos), “La Calbotá” y “La Corrombla” (Villanueva de la Vera), “La Carvochá” o “Calvochá” (Las Hurdes), “Los Calbotes” (Jarandilla de la Vera, Plasencia y Bohonal de Ibor), “El Carbote” (Casar de Cáceres), “La Magosta” (Losar de la Vera) y “El Conqui” (Quintanar de la Serena y Montijo de Malpartida de Cáceres).
Algunas de estas tradiciones como la de “Los Pantasmas” de La Siberia, personas vestidas de blanco y con una calabaza agujereada puesta en la cabeza y con una vela, salían por la calle a atemorizar a la gente.
Durante la celebración de “El Conqui”, que en castúo, lengua extremeña, quiere decir trato, se cantaba “La calavera el conqui ya se murió” y “La Calavera el Conqui no tien pelo ni cola”. Durante estos días los niños paseaban por los pueblos sus calabazas, sus sandías y sus melones que previamente había vaciado, les había hecho los ojos y dentro colocaban una vela y la llamaban “Calavera el Conqui” (Calavera del truco).
En Montijo colocaban en una tabla el melón convertido en calavera e iban por las casas pidiendo chuches mientras cantaban en castuó “La calavera al Conqui te da muchos sustinos si mos das caramelos mos iremos protino”.
El Día de los Santos muchos extremeños acuden al campo para encender un fuego cuya finalidad, según la tradición, es calentar las ánimas que rondan alrededor y ese mismo día se asan “calbotes” (camas de castañas asadas sobre acículas de pino en un corralillo de piedra). El fuego se mantiene encendido la noche de los difuntos para calentar esas ánimas que rondan alrededor.
En otras ocasiones los muchachos iban pidiendo por las casas higos y castañas al ritmo de “Dame los santos o te rompo los cántaros” con el objetivo de asarlos y celebrar un día en el campo.
Si bien en cierto que la extensión del fenómeno Halloween tiene su epicentro en la tradición estadounidense, la tradición extremeña está muy arraigada entre la población.