Nunca nos ha importado si nuestra casa era grande o pequeña a la hora de rodearnos de amigos. Nuestra consigna era “donde caben cuatro (y ahí cuento a nuestro perro Gormit) caben muchos más”. Siempre ha sido una gran satisfacción compartir con amigos comidas, cenas y sobremesas donde el bullicio de la conversación toma cuerpo entre el café y la copa.
Bajo esa premisa nuestras salidas y escapadas a La Vera han sido muy importantes. Aprovechábamos ocasiones especiales, fiestas locales, eventos culturales, gastronómicos, ferias… para tener una excusa para invitar a los amigos a pasar unos días en La Vera. Cualquier momento era el adecuado y un auténtico bálsamo de cura para combatir el estrés. El resultado era que todos se quedaban maravillados de una tierra que no te imaginas hasta que no la ves con tus propios ojos.
En nuestra casa de La Vera nos hemos llegado a reunir en una ocasión para una celebración familiar de reunión de primos unas sesenta personas. Todas ellas sentadas en una mesa que cruzaba el salón en diagonal.
Siempre encontramos acomodo a todos y si se puede al gusto de cada uno. Hemos dormido en la caseta que construimos para el niño a modo de acampada improvisada, y también en tienda de campaña en el jardín, Gormit (nuestro peludo compañero) incluido.
Ahora queremos compartir esa riqueza natural de la zona, sus gargantas, senderos, fiestas, monumentos, historia y gastronomía con quien le guste esta tierra, quiera descubrirla por primera vez o quien quiera repetir y conocer más lugares especiales.
Cualquiera de las estaciones era idónea para pasar unos días en La Vera, todas ellas tienen su propia personalidad. Por supuesto que hay defensores y partidarios parra cada una de ellas, pero a nosotros nos gustan todas.